Ese verano tuve muchos síntomas raros, pero claro, al no saber que pasaba, no le daba la más mínima importancia, notaba inestabilidad al caminar, me mareaba mucho, la piel de las piernas la sentía rara, como tensas, incluso me compré una crema hidratante porque las tenía como demasiado resecas... estaba cansada, agotada...pero mi bebe era quién se cargaba el mochuelo. Pobrecito, las culpas que le he echado por el cansancio y no todo era por él.
Después de saber el diagnóstico me dieron más síntomas nuevos, quizá ya los tenia, pero al no saber nada, no era consciente de ello, o quizá fue por culpa del susto y de la angustia que me supuso el diagnóstico.
Y después llegó el brote o brotes del susto.. Yo creo que fue más de uno, además en la primera resonancia salió que en ese momento había un foco activo, o sea que era verídico. Pasadas 3 semanas me hicieron la otra y vieron que había desaparecido la inflamación.
En octubre me incorporaba al trabajo, eso también me causó cierto estrés, tenía que dejar a mi pequeño después de 5 meses y medio sin separarnos, tenía que organizarme con el tema de la leche materna, sacármela antes de irme por la mañana para que se la diera mi madre en el biberón, el niño que no quería ver el biberón ni en pintura, él en el pecho era el mas feliz del mundo..teníamos que adaptarnos todos a la nueva situación y costó bastante. A esto le sumamos el volver al trabajo en sí, ponerme al día con la agenda, reuniones de la primera semana, adaptarme nuevamente al estrés diario de esa empresa, a las prisas, y todo en menos tiempo claro, me acogí a la reducción de jornada de maternidad y pase de hacer 8 horas a hacer 5.. Total, que un día empiezo a notar la sensibilidad de mi pie izquierdo diferente, al día siguiente ya lo tenía totalmente dormido y a las horas también el pie derecho, cada vez más acolchados, como si me pesara 10 kg cada pie, era muy molesto, cualquier cosa que me rozaba me molestaba muchísimo, los zapatos me apretaban, como sí me quedaran pequeños, me apretaba por todas partes pero en cambio mi pie estaba normal, es curioso porque la sensación era como tener unos pies de elefante. Tenía visita esa semana con el neurólogo y esperé a la visita sin llamar antes para comentarle lo que me pasaba, se lo dije entonces y su respuesta fue que no hiciera caso, que tal y como me había venido se me iría, que no era tan fuerte como para tratarlo. Y así fue, unas 3 semanas más tarde noté que poco a poco volvían al estado normal. Tampoco yo hubiera aceptado medicarme porque aún daba el pecho y prefería estar jodida yo que no joder a mi hijo así de golpe. Quería hacer las cosas bien y hacer un destete en condiciones antes de empezar con la médicacion sería. Haré un post sobre este tema. El otro brote que creo que me dio fue que, durante unas semanas, anduve cojeando de la pierna derecha, cuando llevaba unos cuantos pasos andando normal, de golpe cojeaba durante un par de pasos, en fin, es raro hasta de explicar. También pasó y volví a caminar normal. Diría que he tenido alguno más, sensibilidad diferente en el cuerpo, especie de funda que me envolvía y al igual que los otros, tal y como vino se fué.
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