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jueves, 27 de noviembre de 2014

Aceptar lo inevitable

Esa es la realidad, cuando aceptas que te duele algo, que tienes alguna limitación o simplemente no puedes hacer las cosas como las hacías antes, que tienes que cuidarte y estar encima de tu salud día a día, que tienes que ir a revisiones al médico cada cierto tiempo, cuando un día quieres hacer algo pero no puedes, cuando lo fácil de antes ahora es un poco más difícil, cuando aceptas que debes llevar una agenda, unos horarios, una vida más ordenada, cuando aceptas que los años pasan y las cosas pasan también, que todos no somos iguales pero tenemos los mismos derechos,
cuando por fin llega el momento en el que aceptas lo inevitable, estarás viviendo la realidad. 
Y vivir la realidad y aceptarla debe ser lo máximo, es el equilibrio  que todos queremos tener, no?
Pues ahí estoy yo, en medio de la aceptación de muchas de esas cosas nombradas,  envuelta a veces de contradicciones, negando a veces lo evidente, empeñándome en creer que hay cosas que no pueden estar pasando... pero otras tantas, con los ojos bien abiertos viendo que debo aceptar y cambiar mentalmente para sentirme mejor, escuchando a mi interior y haciéndole caso. 
Sinceramente, no creo que esto sea cosa de la EM, creo que toda persona, tenga EM o no, tiene que encontrar ese equilibrio, aceptar la vida que nos ha tocado, ya seas una persona con una enfermedad crónica, ya seas una persona diferente al resto por otros motivos, sea por lo que sea y seas como seas, eso llenaría nuestra vida de más felicidad y bienestar propio, no?
La realidad es que tenemos EM, que tenemos que aceptar lo que eso significa, pero........ acaso se cree la EM que no vamos a aceptarla? Claro que lo vamos a hacer! Y encima la vamos a dejar pequeñita a nuestro lado, los que vamos a resaltar seremos nosotros, por muchas cosas que hayan cambiado o que cambien, y no ella, y como siempre digo, le habremos ganado la batalla, otra vez. 




martes, 4 de noviembre de 2014

Maternidad y EM

Antes de tener a mi hijo, siempre había dicho que quería tener 3 hijos, siii! nada más y nada menos que 3! no me hacia gracia la idea de quedarme sólo con 1, tampoco con 2... quería crear una familia numerosa. Me encantan los niños, me parecen súper divertidos, y con lo cariñosa que soy, los disfruto mucho.  Además soy muy familiar y me gusta estar rodeada de mi familia.
Una vez nació mi pequeño guerrero, y vivir la experiencia de los primeros meses, durísimos meses, dije que me quedaba con uno, rotundamente convencida. Fueron meses muy duros, se juntó una cosa con la otra. El primer hijo es un mundo, ser madre primeriza es una movida, y he vivido tantas experiencias que podría escribir un libro. Supongo que si te sale un hijo que solo hace que dormir y comer pues no piensas igual. Mi hijo, solo quería estar conmigo todo el día, y cuando digo todo el día es todo el día, lloraba con su padre, con sus abuelos y con todo aquel que estuviera, durante mi ausencia. Los que entienden me dijeron que era normal, que además de haber estado 39 semanas dentro de mi, darle el pecho y estar con él tanto tiempo, los bebés no necesitan a nadie más que a la madre para ser felices.
Ahora que ha pasado el tiempo, se me ha olvidado (casi del todo) lo duro y me quedan los buenos momentos, no hay nada como tener un hijo, es incomparable con todo, y verlo crecer día a día es lo mejor que te puede pasar. Cuando tienes un hijo, tu vida gira entorno a él y no lo cambias por nada. Te hace ver la vida de otra manera, y conoces lo que es amar de verdad. Generas una responsabilidad interna por y para él, a veces es duro, porque tu estado de ánimo le puede afectar y tu comportamiento también, maduras de golpe y te vuelves una madre... Yo solo tengo uno, las amigas que tengo que tienen ya 2, dicen que es exactamente igual con el segundo que con el primero. Cómo se les puede querer tanto? 
Pero entonces la duda ya no es que tu hijo te salga un bichito incontrolable (como la mayoría de niños), la duda ahora es seria y va más allá de lo duro que es criarlo los primeros meses, la duda es de las que se tienen que pensar y ser consecuente. Porque el tener más hijos ya no depende de mi y de mi pareja, la dueña de la decisión ahora, gira entorno a la EM. 
En una de las visitas me dijeron que podría tener todos los hijos que quisiera, no respondí pero me quedé con las ganas de decirle que si me cuidaba ella durante mi embarazo, y si me cuidaba ella al recién nacido y al hijo mayor...que si cuando estuviera cansada la podría llamar para yo acostarme y ella quedarse con los 2 o los 3...
Cuando lo hablamos en familia, todos me dicen que no me quede solo con uno, mi pareja también piensa en tener más, ahí es cuando me doy cuenta que no entienden la enfermedad, que si no lo vives, no lo puedes entender. 
Es un tema muy serio y delicado y será algo que piense con racionalidad. Ojalá fuera tan fácil y pudiera cumplir mi deseo de toda la vida.
Ahora estoy centrada en el que tengo, en estar "sana y en forma" para poder cuidarlo, poder darle el máximo de mi, que no le afecte mi fatiga, mis efectos secundarios a la medicación, y que él no note nada y todo sea lo más normal. 
Cuando llegue el momento de pensar más allá, ya hablaremos!

Que duro es lo más bonito del mundo