Etiquetas

domingo, 22 de mayo de 2016

La hora zombie


Así he bautizado a ese momento del día en que hago todo sin ser persona y sin uso de razón.
Alrededor de las 22 de cada día, cuando todavía tengo unas cuantas cosas que hacer: preparar las cosas del día siguiente, que no son pocas... primero me tumbo 5 minutos en el sofá y pienso en lo que tengo que hacer para hacerlo más rápido, y sinceramente porque si no lo pienso, ni me acuerdo! 
Programo la alarma, se me nubla la vista, estoy demasiado cansada para leer mensajes, lo dejo para el día siguiente.
Entonces hago el último esfuerzo y me levanto del sofá y a partir de ahí soy un zombie. Noto que hago todo al estilo robot, como si estuviera programada pero con la batería casi agotada. Preparo todas las pastillas, repaso no dejarme ninguna, preparo mi ropa, la de la criatura, me dejo todo listo para cuando suene la alarma a las 6,30 no haya nada que hacer más que ducharme y arreglarme....
Cuando acabo, no hago más esfuerzo que el de meterme en la cama y en 3, 2, 1 ya me he dormido y al día siguiente ni siquiera recuerdo el último pensamiento. 
Cosas de mi fatiga crónica. Cosas de mi esclerosis múltiple. 

martes, 17 de mayo de 2016

Todos morimos, pero no todos vivimos

Os dejo este vídeo que una amiga ha colgado en una red social, me ha parecido que merece una entrada.




domingo, 8 de mayo de 2016

Atada a ella

Antes hacía muchas cosas, y me fastidia pensar que es por culpa de la esclerosis múltiple que ya no hago ni la mitad.
Todo lo que hago es premeditado, apurando la energía hasta que llegue la noche, y me fastidia pensar que es por lo que es. 
Es cierto que una persona con esclerosis múltiple puede llevar una vida más o menos normal pero lo cierto del todo es que vivimos atados a ella, queramos o no.
Mi día a día se basa en trabajar y luego estar con mi pequeño, pero si me comparo con otra persona que no tenga EM, tampoco veo mi día a día tan diferente, trabajar, cuidar a sus hijos, estar con la familia...
La diferencia la noto en los fines de semana, antes salía el viernes por la tarde y ya no paraba de hacer cosas hasta el domingo por la noche.
Ahora solo puedo hacer "un extra" cada fin de semana, porque luego la recuperación es mortal. La fatiga me puede, la manera de combatirla es una de dos: o no parar y cuando paro morir 1 semana entera, o dosificar la energía, últimamente opto por la segunda, tengo demasiadas obligaciones como para seguir hasta que el cuerpo aguante.
Necesito hacer más cosas, no quiero estar siempre limitada por su culpa, no quiero vivir atada a ella, nunca he sido de atarme a nada y ahora estoy obligada a ello, pero por suerte, hace tiempo hicimos las paces.