Los primeros 2 años fueron malos, me tuve que adaptar a los cambios, pasé por todas las fases (creo) pero luego todo iba cogiendo una nueva forma y mi vida se retomaba con las preocupaciones del día a día, sumando la preocupación de la enfermedad claro, pero sin ser el monotema del principio. La esclerosis, ahora mismo,es secundaria en mi vida, me cuido, voy a los controles semestrales, pero ya no es conversación mental diaria, aunque llevarla conmigo cuesta, ya sabemos: la fatiga, el dolor, las secuelas...
Se puede vivir así, con una peor calidad de vida claro, aceptando que no puedes hacer lo que quieres siempre que quieres, al final lo aceptas y ya está, sin darle oportunidad a que ello te amargue.
Aprendes a que el día a día es lo único importante y que todo lo que necesitas es estar con quien quieres estar y te levante cuando te caigas (y nunca mejor dicho porque no veas la de hostias que llevo este verano).
Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido... Joaquín Sabina.