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miércoles, 16 de abril de 2014

Semana de relax

El domingo pasado, nos vinimos a pasar unos días a la costa, al sitio donde empezó todo, donde me diagnosticaron la posible EM el pasado agosto.
Este sitio, es uno de esos con encanto, un pueblo costero pequeño, la playa es tranquila, vistas que te relajan, el aire que se respira es limpio, todo aquí transmite paz. Desde mi balcón no tengo vistas al mar, si a la piscina, y a un pequeño parque, por la mañana se oyen los pájaros, relajación y paz para el alma.
Solemos venir hace años, todos los veranos el tiempo que tenemos de vacaciones, y cuando podemos, también nos escapamos en Semana Santa.
El verano pasado, al estar de baja maternal, me vine 3 meses, fue un verano escaso de sol y playa, lleno de paseos a primera hora y al atardecer, ya que mi bebé era muy bebé, unas vacaciones dedicadas a él, casi al 100%.
Y la semana de antes de volver a casa, el notición!!!!
Recuerdo cuando llegué del hospital tras la noticia, que me senté en el sofá y me puse a llorar, recuerdo que esa noche no cené, dormí poco...y los días siguientes me hicieron algunas pruebas, ya no era lo mismo, mi verano se acabó, mi reloj se paró, ya no había mar que me aliviara, por muchos paseos que insistían en dar por él, ya no había nada, mi lugar de luz se apagó...
El sábado, mientras preparaba las cosas para venir, le daba vueltas a como sería el volver, a que sentiría, si se me habría quedado el sabor del dolor de la maldita noticia o si todo seguiría igual, si seguiría siendo mi vía de escape, mi lugar mágico, el sitio donde mejor me siento o si me lo habría robado.
Por suerte, cuando llegué, no me acordé de nada de aquello, estaba tan entusiasmada de compartir con mi pequeño el bienestar que aquí sentía, que no había dolor, no había rencor. Todo seguía igual que siempre.

Nada podrá apartarme nunca de aquí, ni de cambiar mis sentimientos, y he dicho NADA. 
Estoy pasando unos días geniales, de sol (con gorra incluida, claro), de paseos, de amor con los míos, y el aire sigue siendo puro, y las vistas relajan, y todo aquí, sigue transmitiendo paz.


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